Johnny Rayflo

La apariencia de aquel sitio, tan antigua y tétrica, pero a la vez con un toque de elegancia, coronado todo por la infinita y majestuosa oscuridad hacían que me sintiera como en casa, todo en el amplio salón me es perfectamente visible, y únicamente la identidad de quien estaba frente a mí me era negada por la capucha que le cubría, pero no hacía falta ser un genio para darse cuenta de que esa persona de lindos y brillantes ojos plata era un demonio. Seguí sus movimientos de forma atenta, perdiéndome momentáneamente en el movimiento de sus labios y el sonar de su voz…
Escuché con la misma atención que le miraba, aunque por mi expresión pareciese que estuviera distraído en cualquier otra cosa, unas cuantas palabras suaves e introductorias y posteriormente una orden con voz autoritaria y firme…mmm... nada mal…. Sonreí levemente ante aquello, pero mis ojos se deslizaron de los llamativos iris hasta los amplios ventanales del lugar.

-Hm…que frío contraste comparando con el tono de voz inicial que era más lindo…-murmuré con fingida tristeza y busqué entre mis ropas la cajetilla de cigarros que siempre traía conmigo y extraje uno de los delgados y alargados objetos, llevándolo de inmediato a mis labios- Actualmente soy conocido como Johnny Rayflo, aunque con anterioridad he sido llamado de muchas maneras, Adam, Addi, realmente no importa, ninguno de ellos es el real, y por la esencia que tienes, estoy seguro de que entenderás el por qué de que no te lo diga a pesar del “castigo” que pretendieras aplicar sobre mí-el cigarrillo en mis labios se balanceo levemente al pronunciar aquello, pero es que mis manos estaban más ocupadas buscando el encendedor como para sostenerlo el cigarrillo solo porque tenía que hablar.

-He perdido la cuenta de mi edad, pero supongo que puede medirse en siglos, quizá uno o dos-dije despreocupadamente como si realmente la diferencia entre uno o dos siglos no fuese nada, a pesar de que ésta en realidad era enorme, y para ser más exactos, la edad correcta eran 165 años-ah pero luzco como de… -hice una pequeña pausa preguntándome de cuántos años me verían los demás, una de mis manos fue a parar a mi barbilla, y con el dedo índice y pulgar rocé la misma en un gesto de reflexión-creo que de unos 32 o 33 años- mi mano encontró por fin lo que buscaba y extrayendo el pequeño objeto metálico lo acerque hasta lo que pretendía encender para finalmente dar una profunda calada al cigarrillo, exhale el humo del mismo y regresé el encendedor a su sitio, retomando aquel interrogatorio.

Soy un Vampiro , y si quieres saber cómo soy, sólo puedo decir que me gusta disfrutar de la vida.

Anexo Descripción psicológica:

Anexo: Descripción física:

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Puesto en la sociedad: Ciudadano

Empleo: Profesor de educación sexual

Familiares: Ninguno

Preferencia: Suke

-Mi historia es algo muy simple y hasta podría decirse que bastante trillada, no puedo decir que es una hirtoria de amor, pero tiene algunas cosas que pudieran hacerla parecer de ese modo. He de decir que la época en la que nací y crecí era una sumamente interesante, aunque en cuanto a castillos y reyes quizá no dista demasiado de esta. Mi familia era una noble, con bastantes privilegios, gracias a lo cual pude moverme con relativa facilidad de la forma en la que quise, pero aún así no pareció ser suficiente para mí, pues siempre había algo que aunque no sabía que era, me hacía pensar que había algo más que debía conocer, algo más de lo que debía saber..hm.. digamos que simple curiosidad que se fue volviendo cada vez más fuerte, hasta el punto en que terminé por convertirme en lo que soy ahora, no paneo darte yo los detalles, así que si quieres saber, puedes encontrarlo aquí- le mostré un pergamino, que dejé sobre el lugar que estaba ocupando, y el cual contenía, tal y como había dicho, los detalles de aquella historia que sinceramente no tenía muchas ganas de recordar.

Historia:

Una vez todos los puntos de aquella entrevista se encontraron cubiertos, me puse de pie con absoluta tranquilidad y caminé hacia donde se encontraba mi entrevistador, en el transcurso tiré la colilla del cigarrillo que estuviese fumando antes y tras pisar la misma, me detuvo justo frente a aquel misterioso hombre, estiré mi mano derecha hasta llevarla a la barbilla del mencionado, y le levanté un poco el rostro para mirarle.

-Supongo que la entrevista ha finalizado-le sonreí ladinamente y sin apartar la mirada ni un segundo de aquel rostro que, suponía, el contrario pretendía ocultar-si deseas saber algo más no dudes en pedirlo-murmuré aún con aquella sonrisa, y tras una breve caricia en la barbilla ajena, aparté mi mano y di media vuelta para marcharme, sin duda Nakire aki sería interesante...