Buscando canguro IV: El noble sirviente

“Se busca sujeto responsable, disciplinado, fuerte y paciente para hacerse cargo de 3 bebés usagi cuando se le requiera. Buen sueldo, condiciones óptimas y alojamiento si es necesario. Interesados, contactar con Arles Revenant.”


Era el turno de la cuarta persona que había contestado a su anuncio a la cual había citado igualmente que a la tercera, después de la cena, ya que siendo vampiro igualmente estaría más energético y podría mostrar lo mejor de sí, al igual que sus pequeños hijos estarían lo suficientemente espabilados como para analizar adecuadamente al nuevo sujeto que pretendía cuidar de ellos, para unirse a su criterio propio. No obstante, fue un gran error.

Habiendo luna llena, sus bebés estaban totalmente revolucionados y energéticos, aunque afortunadamente el mismo Arles estaba igual. Influencias de la raza fénix que tenían en sus venas, las noches de plenilunio estaban más animados que las noches más oscuras por la fuerte luz de la luna. Así que controlarlos fue todo un reto, por lo que decidió que se demoraría un poco a la hora de prepararlos para la entrevista de trabajo. Recogió la casa, su austero y sencillo unifamiliar de jardín inmenso ubicado en las afueras de la ciudad, a medio camino del palacio del rey, asegurándose de que los bebés no volvían a convertir el salón en una sala de juegos llena de juguetes por todas partes en dos segundos, por lo que les dio la cena y los llevó a bañar. Sin embargo, el desastre no se hizo esperar.

Totalmente listos ya, sequitos y con sus pañalitos limpios, y con su papá ya vestido y arreglado a cinco minutos de que llegase el candidato a evaluar, Arles recogía algunas cosas del baño cuando sus conejitos tuvieron la feliz ocurrencia de ponerse a jugar a pillarse por la bañera… abriendo uno de ellos de repente el grifo y su papá quedó convertido en un papá mojado en los apenas dos segundos que toda el agua de la regadera le cayó encima. Por fortuna, los bebés estaban secos, así que lo primero que hizo fue sacarlos del cuarto de baño y decirles severamente que se sentaran en el sofá a esperar. Otro gran error. Suspiró apesadumbrado y se empezó a desvestir de nuevo con rapidez, rezumando agua por todo el cuerpo y el cabello, pero solo tuvo tiempo de agarrar una toalla, ya que sus orejas se movieron justo en el momento en que tocaron a la puerta. Soltó un suspiro de resignación y molestia, ya no tenía tiempo de vestirse, por lo que se colocó la toalla en la cintura y fue al salón, en donde estaba la puerta de entrada. Aunque lo de salón era un decir, pues en apenas unos minutos sus hijos lo habían vuelto a invadir de juguetes de bebé por todas partes y los miró con severidad, señalándoles con enfado el sofá para que se sentasen allí, por lo que obedecieron y prestaron atención a la puerta, al menos el tiempo suficiente para que su padre tomase el pomo y abriera la puerta de aquella guisa sin cambiar su cara severa e inmutable cuando encontró frente a sí a la persona que esperaban.

Hace unos Días cuando disfrutaba de mis pockys, Vi un anuncio sobre un trabajo de niñera,que llamo mi atención, Según lo que decía Que se busca a un sujeto responsable y serio que cuidara usagis bebes?....,bien eso se me hizo algo raro,aunque bueno según dice también hay buen sueldo.

-hahaha....Usagis bebes ah? y son 3...Lo intentare que me puede ir mal?,ademas me gustan los usagis....-dije dando un suspiro y me inscribía para el trabajo sonriendo.
Recibí la fecha de cuando de vía ir y copie la dirección en donde me tomarían una entrevista para poder cuidar a los 3 usagis.

-espero que sean lindos usagis- dije riendo un poco comiendo mi pocky y hacia mis actividades de siempre esperando el día en que me tocara la entrevista.

Y el día llego; esta va ya recién bañado,ya cambiado, Salí de casa Para ir a la entrevista de niñero a la que gustosamente Me había inscrito,este día era para conseguir trabajo y dejar de servir a kaname-sama mi primo al menos por un tiempo y ganar dinero propio si es que claro llevo a cabo a conseguir el empleo.Mi experiencia en niño no era tan buena pero siempre tenia un as bajo la mano para tranquilizar niños,Pero que problema iban a causar?, Por favor solo son niños.Camine tranquilo pensando solo en eso,Hasta que llegue a la dirección de la casa en donde se haría la entrevista para el trabajo.Camine en dirección a aquella casa que parecía muy extensa y grande.Llegue a la puerta Toque la puerta2 veces y me puse a esperar a que habrán la puerta y finalmente Lo hicieron, Me había abierto la puerta un hombre algo húmedo y desnudo con una toalla rodeando su cintura, pensé que me avía equivocado de casa tal ves pero quería asegurarme.

-mm buenas ,busco al Señor Arles Revenant,vive aquí? -Pregunte incrédulo,queriendo asegurarme de que no me había equivocado- Vengo por el trabajo de niñero....-dije con una semi sonrisa en mi rostro poniendo una mano en mi cintura.

- Sí, lo tienes delante, Senri – le respondió a su pregunta sin inmutarse, indicándole de igual modo con ello que sabía que venía a la entrevista -. Yo soy el señor Revenant – se presentó escuetamente, para que supiera la forma correcta de dirigirse a él, mientras el agua de sus cabellos húmedos descendía por su rostro y goteaba sobre su formado y oscuro pecho. Silenciosamente, le hizo un rápido escaneo de arriba abajo unos segundos, viendo la obvia incredulidad de su expresión aunque no había perdido la compostura, algo que jugaba a su favor a ojos de Arles. No muy alto, sobrio, directo y templado, ojos hermosos, inexpresivos y actitud despreocupada. Bueno, no estaba mal para empezar – Pasa y siéntate. – le dijo, sonando más bien como una orden que como una invitación, mientras se hacía a un lado para dejarle pasar y le señalaba levemente con la cabeza uno de los dos sillones que había a cada lado del sofá donde sus bebés… ¿estaban?

¿Dónde demonios se habían metido aquellos pequeños monstruitos en pañales? Cerraba la puerta una vez que el otro hubo accedido al interior cuando lo descubrió, pues los conejitos seguían inquietos y ni la curiosidad por conocer a la nueva visita los paró ni un ápice. El bebé color negro azulado perseguía a sus dos hermanos, o más bien a uno de ellos, ya que el de color blanco perseguía a su vez al del pelaje anaranjado, pues era costumbre el molestarse entre ellos y el pequeño Eri tenía gran fijación por molestar a sus hermanos. Así que acabaron corriendo alrededor de los dos adultos al momento antes de que pudieran apartarse ambos de la puerta, intentando atacarse jugando mutuamente hasta que uno de ellos se agarró de la toalla de su padre y tiró hacia abajo cuando el peso de sus otros dos hermanos se unió al suyo, a la vez que su padre se movía intentando agarrarlos.

– Muy bien, esto se acabó – musitó con voz firme y el ceño fruncido, sin darle importancia alguna al hecho de que estaba totalmente desnudo delante de un completo desconocido. Sin más, recogió la toalla y la tomó de los extremos con ambas manos y, de un rápido movimiento de arrastre, atrapó a los tres revoltosos bebés y los empaquetó en apenas un segundo, dejando únicamente sus caritas sorprendidas visibles – La luna llena los pone insoportables – le explicó a Senri con su habitual tono de voz inexpresivo, igualmente sin inmutarse por su desnudez mientras tomaba asiento como si nada en uno de los dos sillones, colocándose el empaquetado en el que estaban sus bebés metidos en el regazo, con sus caritas de frente al vampiro, para que pudieran observarle durante la entrevista. Pero ellos estaban incómodos y no paraban de moverse y de gruñir hasta que su padre se hartó - ¡A callar! – les reprendió alzando un poco la voz, por lo que obedecieron al instante, y miraron con atención y curiosidad al fin al recién llegado – Ellos son Eri – empezó a presentarle a los bebés, empezando por el del parche en el ojito derecho, que inclinó su carita a un lado y le sonrió traviesamente -, Lulu – el conejito blanco le sonrió adorablemente como si realmente fuese un niño bueno – y Van – el bebé de pelaje negro azulado le hizo un mohín y emitió un gruñidito, escondiendo la carita en la toalla, asomando solo uno de sus ojos para verle -. Preséntate a ellos tú ahora – volvió a pedirle al vampiro en forma de orden, para comprobar la forma en la que le hablaba a los bebés, para luego empezar el habitual cuestionario de rigor que debía hacer -. ¿A qué te dedicas? – comenzó a preguntar - ¿Y qué razones te han llevado a interesarte por un trabajo como este?

Entre a la casa del señor Revenant , con la vista Observando el adentro de su casa. Bueno me parecía amplia y bonita.
Cuando iba A Sentarme tal como dijo el señor Revenant Mire sorprendido a unos Pequeños Conejitos Corriendo al rededor mio y de Arles , empece a mirar con los ojos muy abiertos como se le trepaba a aquellos pequeños usagi a su padre y termine estremeciéndome cuando aquellos bebes usagis dejaron al completo desnudo a su padre,me quede un momento mirando y luego aparte la vista algo incomodo con aquella situación,pero intente relajarme.Me dirigí al sillón al que deseaba sentarme,pero decidí sin pensar volver la mirada hacia el señor Revenant y sus crías, Fruncí levemente el ceño al ver que el hombre se había quedado desnudo por completo y aquellas crías envueltas en su toalla,Aparte Otra vuelta la mirada Sentándome en el sillon y el señor Revenant Hacia lo mismo.
".....Este..que no se va cambiar?....." pensé incredulamente mirando al otro presentando a su hijos." eri,lulu y van..Bien recordado ..." Semi sonreí mirando a los pequeños.
Saque mi cajeta llena de pockys y haciendo caso de presentarme,Me pare muy derecho con la mano en la cintura semi posando colocándome frente a los 3 usagis con una sonrisa simpática tierna.

-Hola Pequeños,un gusto conocerlos-Dije cambiando mi tono de vos a una un poco mas tontina como para hablar con niños o bebes.-a Ver Me llamo Shiki ok?-dije aun con el mismo tono de vos pero un poco mas tierno- y bueno Quieren unos pokys ?- dijo sacando de la cajeta 4 pockys y uno de ellos poniéndolo en mi boca,mientras los 3 que quedaban les dava a cada uno de los pequeños y se volvía a sentar escuchando las preguntas de Arles.

-Pues,no me dedico a muchas cosas,Pues Soy un vampiro de raza noble, bueno a decir verdad soy mitad pura sangre pero no soy considerado así por lo que tengo el dever de dedicarme aveces a proteger y defender a mi primo Kaname-sama,bueno aunque ademas de hacer eso también hay veces que me dedico al modelaje y soy un estudiante.-

Conte a que mayormente me dedicaba semi sonriendo mientras cruzaba las piernas delicadamente y seguí contestando la siguiente pregunta.

- Bueno,el trabajo lo quiero porque en el anuncio decía que davan buen sueldo y pues a mi me gustaría ganar dinero propio,ademas a quien no le gustaría cuidar a unos traviesos y adorables conejos?..bueno después de todo no tengo muchas cosas que hacer y trabajar como niñero no es mala idea para ocuparme- dije con gesto amable y la mirada dirigida hacías las crías usagis.

Ignoró completamente la forma en que había sido observado por el vampiro, aunque fue consciente totalmente de su reacción y de su incomodidad. Pero era demasiado desconfiado y sus hijos estaban demasiado incontrolables esa noche como para dejarlos a solas con un completo desconocido en el salón de su casa mientras se iba a cambiar. Además, si al final conseguía encargarse de ellos, probablemente iba a ver cosas peores a su alrededor que un guerrero desnudo…

Observó con atención todos y cada uno de sus movimientos, alzando una ceja en su inmutable rostro cuando lo vio sacar lo que parecía una caja con algún tipo de dulce. ¿Qué pretendía hacer? Bien, enseguida lo iba a comprobar, pues el chico se acercó a él, que tenía los bebés empaquetados en su regazo, y mientras ellos dirigían sus caritas hacia Senri mientras olisqueaban el aire dulce curiosos, analizó de forma seria y silenciosa sus palabras y el cómo las dirigió a sus hijos, así como las acciones que le siguieron.

Sin más explicaciones y antes de que los bebés pudieran llevarse los dulces a la boca, Arles se los quitó de inmediato y los depositó en la mesilla de café frente al sofá con un simple gesto, mientras sus conejitos gruñían e intentaban moverse dentro de la toalla como queja ante lo que había hecho su padre. No debía de tener experiencia alguna con niños al haber hecho eso, no al menos con bebés, fue la conclusión mental de Arles, por lo que con su mirada seria dirigida al vampiro, le dijo sin cambiar su tono…

- No les des premios cuando no se los han ganado – le espetó, clavándole sus ojos grises sin compasión – y menos cuando se andan portando tan mal como ahora – le aclaró, refiriéndose a que le habían obligado a inmovilizarlos porque estaban imposibles. Luego, escuchó con atención la respuesta a las preguntas que le había hecho, mientras sus bebés se afanaban en intentar escapar del empaquetado de mil formas creativas posibles sin éxito, por lo que parecieron desistir un poco, menos Lulu, que volteó la carita hacia su padre y empezó a mirarle con ojitos suplicantes mientras hacía suaves ruiditos lastimeros. Era el más manipulador de sus tres hijos, así que de primeras lo ignoró, y continuó hablando con el vampiro -. A mí – respondió secamente a aquella retórica pregunta de “¿A quién no le gustaría cuidar a unos traviesos y adorables conejos?” que había formulado Senri -. Yo sí tendría muchas cosas que hacer si fuese estudiante y tuviera que hacerle de niñera a un pura sangre y además, hacerme cargo de las responsabilidades de un trabajo que por muy burdo que me parezca, no deja de ser un trabajo – le espetó, mostrando su inmutable incredulidad ante que haciéndose cargo de tantas cosas, pudiera sacar tiempo para otro trabajo más. Aunque había otra duda más que quería resolver aún - ¿El modelaje no está bien pagado o es que no hay suficiente demanda de empleados? – quiso saber, pues le parecía extraño que teniendo experiencia en un trabajo, quisiera conseguir otro en el cual, por el momento, le dejaba claro con su comportamiento que no tenía experiencia ninguna. Pero su atención volvió de nuevo a los bebés, ya que a Lulu se habían unido sus dos hermanos, mirando a su padre con aquellos relucientes y suplicantes ojitos en aquellas falsas caras de niños buenos sin dejar de gemir suavemente de forma lastimera, para que les permitiera comerse los dulces. Los observó unos segundos sin cambiar su cara ni sus hijos las suyas, hasta que cerró un momento los ojos bajando el rostro.

Volvían a ganarle la batalla, pero no ganarían la guerra.

Así pues, abrió de nuevo los ojos y se puso en pie con el empaquetado de bebés en uno de sus brazos, volviendo a ignorar su propia desnudez aunque hubiese un desconocido con él, y se acercó a un sobrio reloj que colgaba de la pared. Entonces, se colocó junto a él de forma que los conejitos pudieran verlo con sus caritas curiosas y empezó a decirles, sin rastro alguno de cambio de tono en su voz ni en su actitud.

- Sentados en el sofá, hasta que esto – les señaló la aguja grande del reloj – esté aquí – les señaló ahora el número siguiente al que estaba la aguja, por lo que se refería a que debían estar quietos cinco minutos -. Luego habrá “a comer”, ¿de acuerdo? – se refirió de aquella manera a que si obedecían, les daría los dulces, así que los bebés comprendieron perfectamente e intentaron dar saltitos contentos dentro del empaquetado como afirmación a lo que les pedía su padre. Así pues, Arles ojeó a su alrededor y agarró un bote de cristal que allí había y guardó los pockys adentro, dejándolo en la mesa de café. No podrían sacarlos sin romper el cristal, así que los descubriría si tenían intención de desobedecer. Y pues una vez resguardado el premio, deshizo el agarre de la toalla y liberó a los tres conejitos en pañales, que raudos se sentaron en el sofá de un salto y se quedaron quietecitos como niños buenos, con los ojitos clavados en el bote. Por su parte, Arles pensó que ya podría dejar de incomodar a Senri con su desnudez, pero viendo que comer durante una entrevista de trabajo no era nada adecuado, consideró que como el ir desnudo tampoco lo era, pues se ahorraría el hacérselo saber quedándose como estaba mientras tendía la toalla en el quicio de la ventana. Regresó pues al sillón y se cruzó de brazos, sin ápice alguno de pudor por mostrar cada milímetro de intimidad de su anatomía – la cual tenía un tamaño difícil de ignorar aun siendo un usagi, todo fuera dicho – pero Arles estaba más interesado en seguir con algunas cuestiones, más que en incomodar al vampiro – Entienden perfectamente lo que se les dice sin necesitar que les hablen como a idiotas, como puedes comprobar – musitó, mirándole fijamente, haciendo referencia a que a sus conejitos no les hacía falta aquel tono empalagoso habitual que se usaba con los niños y que tanta grima le daba -. Con remarcar y repetir ciertas palabras, gesticular y usar tonos adecuados de voz es más que suficiente – así pues, aclarado aquello y con sus pequeños monstruitos un poco más calmados al menos durante, esperaba, que cinco minutos, prosiguió la entrevista -. Nunca te has hecho cargo de un bebé, ¿cierto? – le preguntó inmutable - ¿Tienes al menos algún conocimiento musical? ¿Sabes cantar, tocar algún instrumento?

Miro algo desconcertado al señor arles cuando este les quito el pocky a los 3 bebes usagis,aun asi me quede fijamente mirandolos a ellos y a su padre como era su relacion y pues me agrado aunque el señor usagi era muy serio por su parte.

-Bueno, pero Señor Arles, se que no se les deve dar premio despues de lo que hicieron,pero son bebes no? siempre van a portarce como tal hasta que crescan alemnos un poco, a cada niño se le deveria dar un premio ya halla echo algo malo pero claro amenos que halla sido tan malo.-dije con una sonrisa simpatica mirando adorable mente a los conejitos.

-es verdad ser estudiante tiene muchas cosas que hacer pero se como arreglármelas y siempre me queda tiempo libre, porque con lo de mi primo kaname-sama el también se las arreglas tiene mas niñeros ademas de mi y por lo del modelaje, bueno creo que no fui concreto ..yo estoy tratando de serlo y me va muy bien pero aun no lo soy asi que no me pagan lo suficiente aun.-dijo muy tranquilo aun con el tono de vos del otro mirando a los 3 conejitos de la misma manera aun.

Luego de hay vi como su padre iva a darles los chocolates pero si estos conejitos se quedaban quietos por unos minutos,lo cual me hizo pensar que arles era un buen papá.

Aunque su desnudes afectava mi moral y me hacia sentir incomodo tambien sentia un poco de exitacion al chocar con mi mirada su parte intima de este.De igual manera pense "cuando piensa ponerse alemenos unos boxer y un polo?";sali de mis pensamientos al escuchar las riñas y preguntas del señor arles bajando un poco la mirada.

-Ya entiendo muy bien señor arles, no les volveré a hablar de esa forma,esque pensé que como eran colo unos bebes se les devia hablar de una manera adorable y un poco tonta,pero ya di cuenta de mi error-Respondi tranquilo y con algo de decilusion.

-No la verdad no eh cuidado niños aun,pero me gustaria.-respondi con una sonrisa aun mientras terminaba de comerme el pocky que estava en mi boca.

-Pues se cantar si se me encanta, pero soy los que canta melodias suaves y tranquilos y no como otros que cantan algo roncos y fuerte de manera violenta,y bueno canciones para niños solo me se algunas .-respondi aun sonriendo con la mirada tranquila-También se tocar instrumento como la guitarra o el violín ,aunque aun estoy en lo básico.- respondí la siguiente pregunta de la entrevista pasando luego mi mirada el reloj a ver si esos minutos ya habían pasado pues por lo que veía eso 3 bebes usagis querían comerse el dulce o eso me parecía.

Frunció el ceño más duramente mientras su afilaba más intimidante ante la réplica de sus propias palabras con respecto al darle premios a sus vástagos aunque no hubieran hecho nada para merecérselo, y más aún con lo mal que se andaban portando esa noche. Definitivamente la criatura que tenía delante no tenía ni idea de lo que era cuidar a un bebé, menos aún de tres y todavía menos de que a un padre no se le discutía sobre cómo educar a sus hijos. Y si ése era Arles Revenant, mejor ni imaginar esa posibilidad… Así que mientras el chico le sonreía a sus conejitos empaquetados, que parecían sonreírle dos de ellos, ya que Van seguía escondiéndose en la toalla con gestito molesto cuando les decía algo, Arles llegó a la conclusión de que si sus hijos acababan cerca de alguien así, acabaría destruyéndose todo o, al menos gran parte, de lo que había conseguido con ellos desde que nacieron. No, nada de malas influencias para sus hijos, no estaba criando niños, estaba adiestrando futuros usagis salvajes de los que enorgullecerse el día de mañana de su raza.

- Cuando vivas con la responsabilidad de un solo bebé a todas horas, comprenderás lo erróneo de esas palabras. – sentenció como respuesta, con aquel gesto aún más endurecido que antes.

Su ceño siguió fruncido, aunque un poco menos que ante la anterior respuesta que nada le había gustado oír, mientras Senri le explicaba cómo se las ingeniaba para tener tiempo libre, ser estudiante, niñero de un pura sangre, buscar empleo de canguro y además, intentar ascender en su carrera como modelo. Debía admitir que el hecho de que pudiese organizarse tan bien le agradó, por lo que le escuchó atentamente, dándole en cierto modo más razones al usagi militar para ver lo inadecuado de darle el empleo. Aquello sería más una diversión que un empleo para él, nunca había cuidado bebés y eso se notaba por como se comportaba con ellos incluso antes de que se lo admitiera, tras soltar al fin a sus conejitos al haber hecho aquel “trato” con ellos para que se quedasen quietos al menos cinco minutos. Los niños necesitaban rutina, mano dura y disciplina, claro que Arles no les negaba premios, mimos y cariños cuando se lo merecían, pero siempre en su justa medida. Tenía muy claro lo que estaba haciendo y aquel chico no. Además, se le veía visiblemente incomodado por su desnudez y bueno, no es que fuera algo imprescindible para hacerse cargo de 3 bebés usagi, pero el decoro y el pudor eran cosas que Arles no quería que tuviesen sus hijos, eran unos puntos débiles demasiado innecesarios en la vida. Y sus hijos ya tenían suficientes con los que ya poseían, no quería que acumulasen inútilmente más.

- Aún faltan dos minutos, Senri – le dijo de forma seca e inmutable al vampiro, en el momento en que lo vio observar el reloj tras aclararle su conocimiento musical, algo que no se solía en verdad preguntar en las entrevistas de trabajo para ser canguro, pero alguien como Arles creía fervientemente en lo adecuado de la formación musical para aprender otras muchas cosas necesarias en la vida, como eran el ritmo, los reflejos, el afinar el oído y hacer funcionar la mente, realmente era algo muy adecuado para los niños, por lo que le agradó el escuchar que sabía cantar y tocar un par de instrumentos. Se mantuvo unos segundos observándole en silencio, mientras los bebés continuaban paseando sus ojitos impacientes del tarro cerrado con los pockys hasta el reloj, como si fuera un partido de tenis. Entonces, sin más, Arles volvió a levantarse con la misma tranquilidad que si no estuviese desnudo y comenzó a caminar en silencio de forma inmutable, diciéndole secamente al chico antes de perderse por un pasillo a un lado del salón –. Ahora vuelvo.

Los bebés siguieron con la mirada atentamente a su padre caminando y, justo en el instante en que salía del salón, los tres saltaron como una centella hacia la mesita de café, intentando como locos hacer trabajo en equipo para intentar abrir cómicamente la tapa de rosca del frasco cerrado que contenía los dulces, sin importarles que Shiki los pudiera ver hacer eso. Pero era obvio que ni entre los tres podían abrir la tapa con sus pequeñas patitas, no podían comparar su fuerza con la de su papá, así que, en el momento en que sus orejitas se alzaron sincronizadamente de nuevo, observaron otra vez al pasillo, pues habían sentido que su padre regresaba, se había tardado menos de un minuto. Entonces, sus caritas se movieron de golpe a la vez hacia el vampiro, arrastrando deprisa el tarro hasta que lo dejaron en el extremo de la mesa más cercano a él, saltando insistentemente sobre la mesa mientras emitían tiernos soniditos lastimeros, mirando nerviosamente hacia el pasillo y hacia él con ojitos lastimeros una y otra vez para que les abriese la tapa y pudieran agarrar los dulces antes de que llegara su padre.

Y cuando Arles regresó al salón de nuevo, esta vez con un pantalón deportivo de color oscuro puesto, observó parado de brazos cruzados si efectivamente Senri había caído en lo que sus predecibles hijos le pedirían al vampiro en cuanto papá no los viera o, por el contrario, no les habría hecho caso.

Pasando mi mirada fija en los Conejito, de una forma tranquila y serena, me puse a pensar semi sonriendo " Aaaw Que lindos Son " , se veían adorables sonriendo el conejito blanco y naranja , También ese conejito azul era simpática su forma de Esconderse en la toalla . No me Parecía Ninguna rara Amenaza o Malcriados Niños, Pero no todo es como se aparenta. Aunque solo eran niños, si se quiere que un niño se porte bien se ha de dar algo para que se distraiga o Ilusionar al niño con algo que él quería con la condición de que se portara bien. Justo como lo hacía el Señor Arles, Sus niños se quedaron Quietos, Porque Arles Les Había Ilusionado con darle el Pocky si ellos se quedaban así de quietecitos, eso me gusto se quedaron Quietos y tan monos, que Vote un suspiro de ternura aun mirando a los pequeños Conejitos.

Luego Mi mirada Paso al Señor arles que se le veía Con la expresión dura y fría, luego escuche su respuesta y mi mirada se entristeció un poco, Pero no mucho por lo que le dijo el Señor arles si no por cómo veía el rostro de Arles " Si no le Digo algo Su cara se arrugara en poco tiempo (?), aunque...mejor no digo nada….., seguro que este Señor es el Padre de estos pequeños usagis?" Pensé de Forma burlona por lo que sonreí un poco más. Pero al Ver Que su Fruncido de ceño se volvió más suave, pensé " me habrá leído el pensamiento (?)", En fin, Ya no me incomodaba mucho la desnudes del Señor Arles y mi leve sonrojo desaparecía poco a poco, tal vez es porque ya ni notaba su desnudes.

- Claro...- De Forma Serena y sonriendo Dulcemente para los conejitos Claro. Respondí a lo que dijo el señor Arles Sobre los Dos minutos que faltaban, asentí con la cabeza y Luego Mire Al Señor Arles Levantarse tan tranquilo y sereno del Sofá eh ir a otro lado, " aaw Que lindo Papa el Señor arles, de seguro se ira a Poner Ropa" Pensé de forma contenta, pasando mi mano sobre mi mejilla acariciando mi suave piel. En eso de Ir a Mirar a los Niño, note que empezaron a saltar y entre en algo así como pánico, mirando como los conejitos intentaban abrir la tapa de donde estaban los chocolates, Así que rápidamente me pare para intentar hacer que los conejitos se tranquilizaran antes de que su padre Volviera, mala suerte no podía ser, de que ni un minuto había pasado y el señor Arles ya estaba volviendo. De pronto vi a los Conejitos arrastrar el tarro así a mí y con sus caritas tiernas, no podía resistirme pero tenía que tomar control de mí mismo.

-Aaaw...- Voto un suspiro de ternura hacia los conejitos -Pequeñines no puedo darles los dulces aun hasta que su padre lo permita, además ya solo falta un minuto, por favor sean pacientes y esperen un poco...Anden Vallan a Sus sitios- Conteste todo de una forma tranquila, tierna y dulce Pero seria , tome el tarro y lo puse en su lugar antes de que el Señor arles viniera y rápidamente volví a mi sitio y empecé a llamar a los conejitos para que fueran a su lugar a ver si hacían caso o no.

Spoiler:

Las caritas de los tres bebés hicieron un mohín de desagrado hinchando sus cachetitos al ver que Shiki no había caído en su trampa, pero ya no tenían tiempo de hacer más, puesto que en cuanto uno de los pies de su padre cruzó el umbral de la puerta del salón, los tres volvieron como una centella a sentarse en el sofá con caras de niños buenos como si no se hubieran movido de ahí en todo el tiempo en que se hubo ausentado de la estancia. Arles, con la parte inferior ya cubierta por el pantalón que se había colocado, se apoyó en una de las jambas de la puerta con los brazos cruzados, observando analíticamente serio e inmutable la escena en silencio durante unos segundos antes de decir nada.

– Vas aprendiendo, Senri – musitó con su tono seco y severo, haciendo con ello referencia sutilmente a que no había caído ante el adorable chantaje de sus bebés, pues tenía muy claro que no eran niños buenos ni mucho menos y que lo primero que habrían hecho es intentar abrir el frasco los tres, pues el objeto no estaba colocado exactamente como lo hubo dejado aunque estuviese en el mismo lugar – pero no estás preparado para tratar con bebés, no al menos con los míos – le espetó sin más, dejándole claro con ello que aquel trabajo no iba a ser para él. Tras una pausa, continuó –. Si lo que quieres es dedicarte a algo realmente, limítate a seguir ese camino en vez de desviarte por otros que no te serán útiles para alcanzar tu objetivo – dijo, refiriéndose a que si quería ser modelo, ¿qué demonios hacía intentando cuidar niños en vez de colarse en todas las sesiones de fotos y demás cosas que se organizasen en torno al mundo de la moda, que era lo que parecía que le interesaba a aquel chico, para poder tener una oportunidad de avanzar profesionalmente? –. Ve a la playa a menudo – musitó –. Es un lugar en donde habrá más posibilidades que encuentres lo que buscas sin desviarte del camino – obviamente estaba haciendo mención de ello por las sesiones de fotos que se solían hacer en aquel lugar, si realmente quería dedicarse a eso, colarse en alguna o darse a conocer de algún modo le sería más útil que perder el tiempo haciendo ñoñerías a unos niños que debían convertirse en futuros guerreros –. La entrevista ha terminado, Senri.

Le anunció pues finalmente, aunque el tarro con los pockys permaneció en la mesa de café aun habiendo pasado el minuto que les había dicho que les quedaba para dárselo a sus hijos. Solo entonces cuando el vampiro se marchó de su casa, Arles tomó el tarro y los conejitos, en principio ilusionados porque pensaban que al fin tendrían su premio, vieron tristemente sorprendidos como su papá simplemente tiraba los dulces y les reprendía por aceptar cosas de desconocidos, por lo que los tres bebés bajaron sus orejitas por haber esperado para nada. Pero papá, aunque duro y severo, no era un mal padre después de todo y como compensación, se la pasó jugando y cantando con ellos toda la noche hasta el amanecer. ¿Qué era irse a trabajar después de toda una molesta noche en vela si sus hijos aprendían algo útil para cuando fueran mayores? Si era por el futuro de tres guerreros usagis salvajes, Arles estaba dispuesto a pasar las noches sin dormir que hiciera falta.

[TEMA CERRADO]

Off Rol: Arles le ha dicho lo de ir a la playa a Shiki por este tema: Haciendo mi trabajo. Es un tema libre de Haruka en el que andan haciendo una sesión fotográfica así que ya sabes donde mandar a Shiki si quiere triunfar (?) XD