Buscando canguro VII: El pura sangre

“Se busca sujeto responsable, disciplinado, fuerte y paciente para hacerse cargo de 3 bebés usagi cuando se le requiera. Buen sueldo, condiciones óptimas y alojamiento si es necesario. Interesados, contactar con Arles Revenant.”


Aunque se había afanado esta vez en que la séptima persona que había respondido a aquel anuncio que puso se encontrase su sobrio unifamiliar recogido y limpio, así como tanto él como sus hijos limpios y arreglados listos para recibirle justo después de la hora de cenar, no fue posible en absoluto. Acabó de trabajar algo más temprano, a pesar de que ya había llegado la noche, por lo que llevaba aún el uniforme militar cuando fue a La Orquídea Azul a recoger a sus bebés, pues no tenía otra opción que dejarlos allí a cargo de los empleados a las órdenes de Príncipe Liott mientras no tuviera alguien que se encargase de ellos. Ya bañados y cenados, los conejitos se aferraron a las correas de la espalda del uniforme de su padre y éste se encaminó hacia las afueras de la ciudad, en donde se encontraba su casa, con aquel enorme jardín casi más grande que el propio unifamiliar, a medio camino de donde se ubicaba el palacio del rey, lugar donde trabajaba principalmente Arles como capitán de la Guardia Personal del soberano que era. Iban con tiempo de sobra, por lo que esta vez podría darse al menos una ducha y comer algo ligero antes de la llegada del pura sangre de los Kuran. Estaba visto que las familias acababan por venir juntas a todas partes…

Sin embargo, con lo que no contaba Arles es que tras más de medio camino recorrido, se acabarían topando con un pequeño grupo de cuatro salteadores de caminos, con la irrisoria ocurrencia de pretender creer que podrían atacar a un usagi con sus tres crías. Inocentes de ellos. Más les valía no haberse acercado siquiera a su casa si no querían acabar peor de lo que los iba a dejar en apenas unos minutos…

Arles se detuvo cuando le cortaron el paso en el camino, mientras los tres conejitos los observaban curiosos sin moverse de la espalda de su padre. Esperó el discurso estúpido de rigor que todo salteador de caminos suelta para que las “víctimas” no se resistan si no quieren ser heridas y blablablá, tonterías vacías sin importancia que Arles se limitó a ignorar, parado inmutable frente a ellos con los brazos cruzados. Ni siquiera se preocupó de resguardar a sus hijos cuando al fin aquellos idiotas se dieron cuenta de que el papá usagi no estaba dispuesto siquiera ni a escucharles viendo su apatía ante ellos, por lo que se enfadaron como era lógico y arremetieron todos a una a la vez contra él. Y en cuanto los ojos de su padre se afilaron, los bebés supieron qué hacer.

Arles desenvainó la espada que llevaba al cinto en su funda, mientras tomaba esta última con la otra mano y la desenganchaba tirando de ella al instante a la vez que flexionaba una de sus piernas para agachar el cuerpo de golpe. Sus conejitos se movieron hábil y rápidamente por el cuerpo de su padre, dejando espacios estratégicamente libres para que éste se moviese sin problemas, por lo que el usagi se olvidó de ellos y se centró en los asaltadores. Los había entrenado bien después de todo y ya estaban acostumbrados a ese tipo de situaciones, pues habían vivido desde su nacimiento con un padre mercenario. Al agacharse, había esquivado los ataques de los aceros ajenos, desequilibrando a uno de ellos al golpearle de lleno en la espinilla con la pierna que extendió cuando se agachó, haciéndole caer justo sobre la espada de uno de sus compañeros mientras el usagi se encargaba de desviar el ataque de la espada de otro asaltador con la suya propia y golpear con fuerza contraatacando el filo de otro ladrón con la funda.

Giró sobre sí mismo sin alzarse aún y se escurrió como una serpiente, alzándose justo en el momento en que el asaltador sobre cuya espada había caído su compañero se deshacía del cuerpo gravemente herido de éste, recibiendo una certera y rápida estocada en el costado por parte del usagi a la vez que con la funda de la espada golpeaba la sien del ladrón al que había parado su ataque con la misma, haciéndole caer inconsciente. Tuvo el tiempo justo de apartarse del filo del último asaltador que quedaba en pie, el cual le rozó la mejilla justo bajo uno de los ojos pero eso no detuvo a Arles. Volvió a girar y le golpeó de lleno en el estómago con la funda de la espada, por lo que, al acabar el giro completo, le rebanó la cabeza de un solo golpe sin remordimiento ni escrúpulo alguno en hacer aquello delante de tres simples bebés. Habrían de ver cosas peores en su vida si querían convertirse en lo que pretendía su padre hacer de ellos. Sin embargo, Arles no se detuvo… pues había una quinta persona a su espalda…

Rápidamente, se volteó y levantó la espada justo enfrente de la cara del sujeto que había sentido detrás de él, mirándole con sus ojos grises ardiendo como frío fuego plateado sin emoción alguna, mientras el corte de su mejilla sangraba abundantemente y la sucia sangre de los ladrones goteaba de la reluciente hoja de la espada a la luz de la luna sobre sus cabezas. Entonces, al ver a la persona a la que estaba apuntando, los bebés volvieron a la espalda de su padre, observando con curiosidad al sujeto, pues habían sentido a su padre destensar el cuerpo. Y tras un momento de silencio sin cambiar su postura defensiva sin bajar la espada, Arles le dijo a aquel sujeto de forma seca y profunda…

- No vuelvas a acercarte por mi espalda – le advirtió, terminando la frase mientras apartaba la espada a un lado y la envainaba hábilmente, tras darle una sacudida para eliminar el exceso de sangre de ella – o acabarás igual que ellos, Kuran…

Con su misma exprecion seria y muy educada, pasiva y algo bipolar.Caminaba de lo mas tranquilo a la entrevista para niñera,era verdad no necesitaba algún empleo ni nada,pero le gustaba tener algo que hacer.Cuidar 3 pequeños bebes usagis seria muy lindo y adorable aunque también laborioso y algo cansado,eso lo entendía perfectamente tanto como tener que tomar esa gran responsabilidad.Ademas el pago del empleo no era tan malo e injusto.

Siguió caminando muy tranquilo hasta llegar a aquella dirección de la casa del señor Arles Revenant.llego hasta la puerta de la casa y toco un par de veces,en ese momento escucho ruido que venían de cerca;Se acerco hasta donde venían aquellos ruidos .Miro a un hombre atacando a otras personas y cerca de ellos 3 usagis que se veían muy inocentes.se acerco un poco mas al ver como ese otro estaba despedazando a aquellas otras personas y terminaba con cada uno de ellos;se fue acercando por la espalda de este y al ver que este iva a atacarlo con aquella espada filuda lo que hizo fue retroceder rápidamente unos 3 pasos,algo impresionado por la agilidad del otro.

Miro como el otro seguro muy hábil retiraba la espada y escuchava la amenza que este hacia;pero enves de sentirse intimidado se sintio lleno de placer al ver toda esa sangre por lo que relamio sus labios.Luego dio una risa levemente al escuchar como aquel hombre decia que terminaría como ellos si se volvía acercar de esa forma.

-Bueno,Supongo que usted es el señor Arles Revenant si no me equivoco no?-pregunto semi sonriendo pero con la mirada seria y fria.-vengo por el trabajo de niñero-dijo con tono educado y al mismo tiempo algo sensual por lo del placer de ver la sangre y aunque era una sangre de aroma tan deliciosa como la que solía oler de muy cerca, era una sangre fresca y deliciosa y eso se notaba con el olor,pero eso no importo pues sabia muy bien como controlarse.

Frunció el ceño más aún sobre su mirada de acero ante la leve risa del otro tras su advertencia. Bien, mal empezaba Kuran si se atrevía a tomarse sus palabras a risa, pero siendo un pura sangre no se esperaba mucho menos de esa actitud de la que solían hacer gala aquellos que se creen más fuertes de lo que son. Mejor que se cuidase de lo que hacía, un vampiro que para Arles era un bebé comparado con él mismo no tenía la más mínima posibilidad y eso estaba dispuesto a hacérselo saber si hacía falta. Pero quería llegar a casa, así que tras su primera neutra impresión, pues el otro no se había presentado, supuso que porque él dio señales de conocerle, le hizo saber a lo que venía, por lo que le hizo un rápido escaneo. Tan alto como él, ojos de princesa, actitud seria y arrogante pero educada y algo fuera de lugar, por aquel instinto que supuso que un vampiro tan joven aún no era capaz de controlar ante la sangre de su espada y la del corte de su rostro. En fin, podría comenzar la entrevista mientras iban de camino, igual daba hacerla sentados que caminando.

- Así es – le confirmó con su tono de voz seco ante la pregunta que le había hecho sobre su identidad, dirigiéndose ahora a los conejitos pronunciando de forma firme y autoritaria -. Descanso – al instante, los tres bebés se movieron con rapidez por el cuerpo de su padre y se ubicaron a su espalda, agarrándose a las correas de su uniforme militar y dirigiendo sus miradas curiosas hacia el extraño que había frente a su papá, mientras los tipos que aún quedaban vivos tras a él a unos metros agonizaban -. Ellos son Eri – Arles empezó a presentarle a los bebés, por lo que al oír su nombre, el conejito de pelaje anaranjado con un parche el ojito derecho dio un pequeño botecito en el hombro de su padre con un adorable gesto pícaro y sonriente en su carita -, Lulu – ahora el bebé de color blanco alzó una de sus patitas y la movió para saludarle, ladeando un poco la cabecita sonriéndole tiernamente al vampiro mientras sus orejitas caían a un lado por la inclinación de su carita – y Van – el conejito negro azulado simplemente le hizo un mohín con su carita molesta emitiendo un gruñidito y se escondió tras su papá, observándolo graciosamente usando el cabello de su padre como un velo tras el que se ocultaba, dejando solo ver sus ojos y sus orejas - . Ahora debes presentarte tú a ellos o no te conocerán – le aclaró al vampiro sin desclavarle la vista ni un momento, instándole a empezar a caminar en dirección hacia su casa cuando le preguntó luego, sin cambiar su tono monocorde y serio al comentarle –. He oído que eres estudiante, ¿qué es lo que lleva a un pura sangre sin preocupación por el dinero a querer buscar un empleo como éste?




OFF ROL: Kaname tiene 18 años por ficha, no más XD Así que por eso Arles lo considera un "bebé" en comparación que él, que tiene ya como 500 el tío XD

Muy Sereno Miro Al Señor Arles Presentar a sus Hijo y mientras lo iba a Haciendo paso su mano por la mejilla herida para limpiar su sangre y relamerlo de sus dedos. Luego su atención Fue Distraída al ver Muy lindos y cómicos a los pequeños tres Usagis.
Se relamió los Labios y Miro fijamente a cada conejito de forma Dulce y a la ves Seria. Sintió que aquellos niños no eran tan tranquilos y eso era malo con la impaciencia que tenía Kaname . Pero de Igual Forma tenía auto control.

Sonrió de Forma Amigable a los conejitos, para poder presentarse el También como lo había dicho Arles, Voto un suspiro y mientras su herida de la mejilla se empezaba a curar y desaparecía dejando nuevamente su piel como antes de que le cortara, tersa y blanca.

-Eiri, Lulu y Van.....Bien anotado - Sonrió y sonriendo empezó a presentarse- Hola niños, Mi nombre es Kaname Kuran, espero llevarme bien con ustedes....- Hablo con tono dulce y seria sin dejar de sonreír. Luego miro a Arles Empezar a Caminar Tal vez a Su casa, así que también lo siguió caminando muy tranquilo para luego escuchar la pregunta del Señor Arles.

-Si Soy estudiante....-Contento y luego siguió con Vos Tranquila , semi sonriendo- Je....Bueno, No es que esté Buscando empleo por dinero, aun que ganar mi dinero propio estaría muy bien, También eh empezado a buscar Empleo por la Razón de Poder distraerme, la escuela no lo hace por completo, así que si tal vez consiguiera empleo, tendría algo que hacer y no aburrirme.-Contesto Sereno y de la misma forma semi sonriendo, esperando a lo que diría el otro que caminaba delante de él.

Spoiler:

No lo podía creer, ¿aquel sujeto se atrevía a alzar su mano hacia él mientras hablaba? Podría haber achacado aquel descarado e irrespetuoso gesto a la poca edad y control de aquel vampiro hacia la sangre, lo cual no apuntaba para nada bien a la hora de estar cerca de sus hijos, por supuesto, pero el hecho de que aquel sujeto pretendiera tomar de su valiosa sangre sin que le hubiera invitado a ello… Arles, siendo militar, tenía una gran fijación con la disciplina y los modales, así como el respeto a los superiores y si Kuran pretendía trabajar para él, estaba claro quien estaba por encima de quien. No obstante, el pacto demoníaco que hubo hecho hace siglos con Liott Crosszeria le había ocasionado una gran obsesión con su propia sangre, al menos en el momento en que se convirtió en padre y se dio cuenta de que esos poderes estaban en su esencia vital, pues habían sido transmitidos hasta sus hijos. Solo que ellos estaban libres de pactos, habían nacido poderosos gracias al sacrificio de la libertad de su padre y no estaba dispuesto a regalar semejante poder a nadie.

No, no estaba dispuesto a tolerarlo, por lo que en el momento en que intuyó lo que el otro pretendía hacer acercando la mano a la herida de su mejilla, le agarró de golpe la muñeca con una fuerza que hasta un vampiro podría notar como bastante molesta de soportar y más siendo tan joven como Kaname. Y con la mirada crepitando y tan afilada que podría haber cortado el mismo diamante con la misma, le dijo de forma amenazante y sombría sin alzar ni un ápice la voz:

– No te atrevas a tomar lo que no se te ha ofrecido, Kuran – su mano apretó un poco más la muñeca ajena hasta dejarla totalmente enrojecida –. Es tu segundo aviso, al tercero te cortaré la mano o lo que haga falta.

Le soltó la mano con desprecio, pensándose si realmente estaba dispuesto a plantearse el darle una oportunidad a aquel vampiro o no, pero el otro pareció presentarse ante los niños de forma más o menos adecuada, preguntándose internamente por qué demonios la gente seguía empeñada en hablarles con dulzura a unos bebés que veían ante sus infantiles ojos cosas tan violentas como la que acababa de suceder. Arles optó entonces por al menos saber el motivo de que el pura sangre buscase aquel empleo y su respuesta no hizo más que terminar de convencerle de lo que estaba a punto de anunciarle en aquel momento, por lo que sin detenerse ni mirarle en momento alguno mientras caminaba, le respondió cuando el chico acabó de hablar:

– La entrevista ha terminado, Kuran – sentenció sin más e hizo una leve pausa –. El adiestramiento de mis hijos no es una diversión, sino una responsabilidad – continuó hablando de forma seca y severa como habitualmente –. Si la escuela te aburre, búscate diversiones en un bar, en un prostíbulo o cómprate un perro – le espetó con desagrado – … o aprende a comportarte como un adulto antes de creer que lo eres…

Fue lo último que le dijo, apenas en un murmullo que se perdió en el viento antes de musitarle a los niños un “Agarre”, que provocó que los bebés se aferraran con fuerza a las correas del uniforme de su padre, justo antes de que éste diese un grandísimo salto hacia delante que los alzó de forma bastante imposible para una persona normal mientras los pequeños emitían soniditos divertidos ante aquella acción de su papá, que si bien ellos interpretaron como un juego, Arles simplemente lo hizo para dejar atrás al vampiro mientras se encaminaba a su casa tras haberle anunciado el final de la fallida entrevista, con un curioso pensamiento en su mente…

“Ahora entiendo por qué tiene a Senri como niñera, tsk…”

[TEMA CERRADO]

Off Rol: Sorry por la brevedad del tema nee, pero Kaname no le ha caído muy en gracia a Arles y ya ves lo duro y estricto que es con algunas cosas, ya lo del gesto de la sangre (que como verás, no ha podido probar su sangre, ni siquiera tocarla porque el conejo salvaje tiene cierta neura con ella (?) XD) pues le ha cabreado mucho y bueno, verás que el día que hagas una entrevista de trabajo real lo que nunca debes decir si quieres que te lo den es que quieres un empleo porque te aburres XDDD